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¿Qué es una Idea Irracional?

Una idea irracional es la creencia que tenemos sobre nosotros mismos, los demás y el mundo, que no se alinean con la realidad. Normalmente se manifiesta en forma de un “debería…” y la vemos como una obligación a cumplir.

Las creencias irracionales generan malestar porque nos imponen condiciones de felicidad casi imposibles de respetar. Es importante, por tanto, aprender a identificarlas, para luego modificarlas y transformarlas en pensamientos adaptativos.

Todas las personas experimentamos este tipo de creencias. Lo principal es tratar de equilibrarlas o al menos reducirlas para evitar que generen molestias. Debemos aprender a ser conscientes de la realidad, de su significado y pensar en otras formas realistas de ver lo que nos está pasando. Es complicado, por supuesto, pero este camino resulta fundamental si queremos alcanzar el bienestar.

El hecho es que una idea irracional a veces puede jugarnos una mala pasada. Sobre todo porque nos hace sentir mal, cuando ciertamente no existe una razón real para pasar por esta fase de infelicidad. Ya que explicamos qué es una creencia irracional, nos centraremos en cómo aprovechar estas creencias para aprender.

Aprovechar una idea irracional para aprender

Ser consciente de que nuestra interpretación de una situación es la responsable de la aparición o intensificación de las emociones negativas, se erige como el primer paso para iniciar con el proceso de aprender a identificar una idea irracional.

¿Alguna vez te enojaste por algo y después de un tiempo te diste cuenta de que era trivial? También puede que te hayas sentido triste porque pensaste que tu pareja te iba a dejar cuando no fue así, o te peleaste con tu mejor amigo y pensaste que nunca volverían a hablarse. Te explicaremos a continuación cómo usar estos pensamientos negativos a nuestro favor.

Evalúa los pensamientos que provocan pensamientos irracionales

¿En ocasiones te dices cosas a ti mismo que no te atreverías a decirle a tu mejor amigo? Cuando creas que estás experimentando una idea irracional, detente un momento, toma un papel y un lápiz, luego responde las siguientes preguntas por escrito:

  • Especifica su malestar. Por ejemplo: “Me siento estresado, o deprimido”.
  • Identifica lo que te dices a ti mismo. “Si no tengo una buena calificación, estoy arruinado”.
  • Analiza tu diálogo interno. “¿Es correcto lo que me estoy diciendo?” “¿Es una hipótesis o una certeza?”, “¿Existen experimentos que contradigan esta forma de pensar?”
  • Trae matices. “¿Es útil que me hablen así?”, “¿Es tan grave?”, “¿Soy totalmente responsable?”, “¿Qué puedo decirme a mí mismo de manera más precisa y más útil?”, “¿Cómo podría otra persona ver lo que me está pasando?”, “¿Cuáles son mis habilidades en esta situación?”

Ciertas actitudes pueden estimular una idea irracional de manera más significativa. El “debe” y el “debería”, por ejemplo, lo solemos usar para convencernos de que debemos hacer algo bien, por el contrario, nos sentiremos culpables.

Acogiendo nuestras andanzas

La psique humana es una nebulosa inquieta. La locura, la obsesión, la fobia, la enfermedad mental, las adicciones son todas desviaciones de una 2″norma de comportamiento” más o menos aceptada. Lo que aparece como inestabilidad o una confusión, es probablemente una forma de adaptarse a la realidad que confunde a la mayoría, pero que nos permite a algunos adaptarnos a un mundo sin sentido, o con un sentido limpio.

A menudo a nuestros ojos llevan una existencia normal y sufren los juicios de quienes nos califican de “locos”. Acoger lo divergente, potencia el derecho a equivocarnos para aprender. El caso es que las perturbaciones humanas pueden ser fuentes de inspiración. Después de todo, ¿quién es perfecto? Mira cómo las “personas locas” proyectan sus estados internos para crear y sobresalir.

¿Y qué pasa con los autómatas que se aferran a las reglas y normas sin importar lo que suceda a su alrededor? ¿Qué sucede con los que dicen que están adaptados a un mundo que parece una locura? Conviene, por tanto, relativizar nuestras formas de percibir y actuar en el mundo.

idea irracional

Controla tus emociones

¿Te cuesta tolerar la incertidumbre? ¿Tiendes a asumir siempre lo peor? Una idea irracional puede ser generada por preocupaciones. Es decir, pensamientos sobre eventualidades negativas (por ejemplo, preocuparse por no encontrar trabajo cuando te gradúes, no ser admitido o admitido en un programa limitado).

El punto de partida de las preocupaciones es la incertidumbre, que muchas veces se manifiesta como: “qué pasará si…”, “de repente…”. Cuanto mayor sea la certeza de estar en peligro, más malestar experimentarás. Estos pensamientos también se refieren a la incapacidad de reaccionar si ocurre la “catástrofe” aprehendida. Debido a que las preocupaciones son suposiciones sobre lo que podría suceder, es importante tratar de evaluarlas para controlar alguna creencia irracional que genere ansiedad.

Una solución para controlar nuestras emociones es tomar un papel y un lápiz, para escribir nuestras diversas inquietudes e intentar responder las siguientes preguntas:

  • ¿De qué tengo miedo?
  • ¿Cuáles son los hechos que alimentan esta preocupación?
  • ¿Quiénes son los que no lo apoyan?
  • ¿Qué es lo peor que puede pasar?
  • ¿Cuál es la probabilidad de que esto suceda?
  • Si sucede lo que temo, ¿cuáles serán las consecuencias para mí, para mi futuro? ¿Hasta qué punto serían tolerables estas consecuencias?
  • ¿He experimentado alguna vez una situación similar, o la han experimentado otros? ¿Qué ha pasado?
  • ¿Cómo podría prever esta situación en un año? ¿en 5 años?

Este ejercicio nos permite identificar la veracidad de cada inquietud, evaluar la probabilidad de que ocurra y evaluar los impactos reales. Las ideas racionales pueden socavar tu capacidad para disfrutar el momento presente. Trata de enfocarte en el proceso, no solo en la meta que quieres lograr. A veces, la tendencia a mirar solo a la meta te lleva a sentirte agobiado por la magnitud del trabajo a realizar.

Conclusiones

El pensamiento racional normalmente genera emociones apropiadas, mientras que una idea irracional produce emociones impropias. Nuestras emociones, por tanto, provienen de nuestros pensamientos y de nuestras creencias. Al cambiar nuestra forma de pensar, también podemos cambiar esas emociones desagradables. 

Nosotros mismos creamos nuestra depresión, ansiedad, ira, culpa o emociones impropias. Podríamos, sin embargo, deshacernos de ellas si estuviéramos dispuestos a pensar y a actuar correctamente.

Al liberarnos de nuestras creencias irracionales, podemos mejorar significativamente nuestras vidas.

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